lunes, 15 de febrero de 2010

La ternura de los lobos, de Stef Penney


La ternura de los lobos nos habla de una época en la que el hombre blanco se imponía al pueblo indio y avariciosas compañías peleteras defendían sus oscuros intereses a toda costa. La acción se sitúa en la indómita Canadá de mediados del XIX en un escenario áspero, frío, inmenso y desolador, poblado por gentes igualmente duras procedentes de Europa, una colección de inadaptados en uno u otro sentido, y condenados al aislamiento por las condiciones del territorio. El hallazgo de un cadáver en un pueblo sirve de pretexto para que se entrecrucen las vidas, sentimientos y peripecias vitales de los personajes.  Un relato con muchos cambios de acción y personajes, incluso de puntos de vista narrativos (la acción se narra en primera persona, excepto cuando se centra sobre la señora Ross, quien cuenta su relato y nos da cuenta de su pasado en primera persona), sin que esos saltos confundan al lector y sin que perdamos la visión unitaria, el friso en el que se desenvuelven y sobreviven los personajes.