miércoles, 18 de febrero de 2009

El barón rampante, de Italo Calvino


Cósimo, a sus doce años, se rebela ante la obligación de comer caracoles. Su negativa supone la ruptura con su familia, con sus convenciones, extravagancias, soledades y ritos. Parece que ante la coerción de quienes son o parecen ser más fuertes, Cósimo nada podrá hacer. Pero la tozudez infantil, ayudada por una especie de promesa a Viola, su vecina, tratará de lograrlo. Italo Calvino se preocupa de hacer verosímil ese disparate, explicando los detalles de cómo el protagonista podía realizar todas las actividades, incluso las más banales. Cósimo es la figura del intelectual crítico e inconformista que se aísla porque rechaza el mundo en el que vive al mismo tiempo que quiere cambiarlo. Se dará cuenta de que el mundo va más allá de sus dominios, que hay zonas a las que él no puede llegar, que las ideas van y vienen con las gentes, y que su lucha, sus iniciativas, poco pueden ante la inmensidad. Es por eso un libro que reflexiona sobre la utopía y el desencanto.

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